LA ENSEÑANZA DE 2. 1 CORINTIOS 14: 33 B-36.

INTRODUCCIÓN

En una enseñanza similar Pablo dice:
Como Es Costumbre En Las Congregaciones De Los Creyentes, Guarden Las Mujeres Silencio En La Iglesia, Pues No Les Está Permitido Hablar. Que Estén Sumisas, Como Lo Establece La Ley. Si Quieren Saber Algo, Que Se Lo Pregunten En Casa A Sus Esposos; Porque No Está Bien Visto Que Una Mujer Hable En La Iglesia. ¿Acaso La Palabra De Dios Procedió De Ustedes? ¿O Son Ustedes Los Únicos Que La Han Recibido? (1ª Co 14: 33b-36).
En esta sección Pablo no puede estar prohibiendo toda habla pública de parte de las mujeres en la iglesia, porque en 1ª Corintios 11: 5 claramente les permite orar y profetizar en la iglesia. Por consiguiente, es mejor entender este pasaje como refiriéndose al discurso que está en la categoría que se considera en el contexto inmediato, es decir, la evaluación hablada y juzgar las profecías en la congregación (ver v. 29: «En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho»).
En tanto que Pablo permite que las mujeres hablen y profeticen en la reunión de la iglesia, no les permite hablar en voz alta y dar evaluación o análisis de las profecías que se han dado, porque esto sería una función de gobernar con respecto a toda la iglesia:?
Esta comprensión del pasaje depende de nuestra noción del don de profecía en la edad del Nuevo Testamento, es decir, que la profecía no incluye enseñanza bíblica autoritativa, ni decir palabras de Dios que son iguales a las Escrituras, sino más bien informar algo que Dios espontáneamente trae a la mente: De esta manera, las enseñanzas de Pablo son muy consistentes en 1ª Corintios 14 Y 1ª Timoteo 2: en ambos casos se preocupa por preservar el liderazgo de los varones para enseñar y gobernar en la iglesia.

DE LAS MUJERES QUE HABLAN EN LA IGLESIA.

34 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.
35 Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.
36 ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?
37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.
38 Más el que ignora, ignore.
39 Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas;
40 pero hágase todo decentemente y con orden.
Cuando el apóstol exhorta a las mujeres cristianas a que busquen información  sobre temas religiosos de sus esposos en casa, muestra que las familias de creyentes deben reunirse para fomentar el conocimiento espiritual.
El Espíritu de Cristo nunca se contradice, y si sus revelaciones son contrarias a las del apóstol, no proceden del mismo Espíritu.

La manera de mantener la paz, la verdad y el orden en la iglesia es procurar lo bueno para ella, soportar lo que no dañe su bienestar y conservar la buena conducta, el orden y la decencia.